La tragedia del Transatlántico RMS Titanic el 15 de Julio de 1912, fue un acontecimiento que sacudió las bases de la industria marítima. El accidente continúa estimulando la imaginación de miles de personas alrededor del mundo. El naufragio que sacudió las bases sobre las que se sostenía la industria marítima representó en su momento, la peor catástrofe marítima de la que se tenga memoria y la enorme pérdida de vidas en el mar y lo notorio del naufragio a nivel internacional, motivaron uno de los cambios más importantes en el Derecho Internacional Marítimo.
Esta lamentable tragedia expuso uno de los grandes problemas que existían al momento con respecto a la seguridad de la vida en la mar, aún cuando el RMS TITANIC era considerado uno de los buques más seguros jamás construidos, incluso llamado "Imposible de hundir". Este testimonio prematuro sobre el sentimiento mundial de dominio sobre la naturaleza, reveló una falla en las leyes que regulan la seguridad de la vida en el mar. Cuestión que motivó a la comunidad internacional a hacer una revisión exhaustiva al respecto.
Las noticias sobre el hundimiento del trasatlántico más importante de la época tomaron por sorpresa a la comunidad internacional, y en particular, la pérdida de vidas en un mundo con naves cada ve más grandes y las circunstancias en las que ocurrió el naufragio, generaron una seria preocupación en los gobiernos de los países involucrados en la travesía, llámese Estados Unidos y el Reino Unido.
Tan pronto cómo las noticias llegaron a esos países, se formaron comités de investigación sobre las circunstancias del desastre, dejando en evidencia lo anticuado de las regulaciones y sobre la imperante necesidad de reforma. Una vez terminadas las averiguaciones por éstos comités, se hicieron una serie de recomendaciones técnicas para la mejoría de la Seguridad de la vida en el mar.
En 1914 se adopta el primer convención internacional sobre la Seguridad de la vida en el mar (SOLAS) en respuesta a dicha catástrofe, que establece las primeras normas técnicas y estándares de seguridad adoptados en común por la mayoría de los países del mundo. Posteriormente se han ido revisando los convenios y adoptando nuevas disposiciones de acuerdo a la evolución de la tecnología y la navegación, haciendo un énfasis en la seguridad de la construcción de buques, lo aditamentos de dispositivos salvavidas cómo botes y chalecos, y la regulación de las comunicaciones inalámbricas.
Uno de los puntos más interesantes producto de las investigaciones llevadas a cabo por el Reino Unido, fue el establecimiento de la negligencia Post-Titanic, es decir, hasta ese momento, se consideró que las prácticas tomadas tanto por los entes reguladores que aprobaron la seguridad del buque y los miembros de la tripulación estuvieron acordes al protocolo de seguridad establecido que nunca había sido probado como inseguro, pues durante la década pasada, los trasantlánticos británicos habían transportado casi 3.5 millones de pasajeros con una pérdida de apenas 10 vidas. Luego de dicho desastre se impuso el práctica de que "Todo aquello que haya sido considerado un error en el hundimiento del Titánic, sería considerado negligencia a posteriori"
El SOLAS sufrió su última reforma en 1974, donde se adoptó por primera vez en la comunidad internacional, el procedimiento de aceptación tácita. Pues con la adición de cualquier enmienda y sin la presentación de objeciones, ésta entre en vigor luego de transcurrido un tiempo predeterminado.
Venezuela es Signataria del SOLAS y el organismo encargado por velar por el cumplimiento por parte de los particulares en el país es la Autoridad Acuática, ejercida por el Instituto Nacional de los Espacios Acuáticos y el Comando de Guardacosta de la Armada Nacional Bolivariana.
Espero que éste Post haya sido de su agrado, en otro hablaremos sobre el convenio sobre la protección del mar por la contaminación.
¡Saludos!
Abg. Iván Hernández
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